Barcú y la Feria del Millón se la jugarán en octubre por un modelo volcado hacia lo digital, con el que esperan seguir reactivando el mercado del arte en Colombia. Sus directores nos contaron sobre su proceso de adaptación y su lectura del momento actual para las artes y los artistas del país.

Volvamos un año atrás: a finales de septiembre de 2019. El tradicional mes de las artes de Bogotá (que solía ser octubre) se adelanta para engranar una programación inabarcable, robusta e inédita de ferias, circuitos de exposición y acciones públicas de un año excepcional para la investigación y circulación artística de la capital. Y es que, sin esperarlo, se tensa una resplandeciente y vasta telaraña: el Salón Nacional de Artistas aterriza después de trece años en la capital para su edición 45, ARTBO | Feria celebra sus quinces con un programa ambicioso y expansivo, la Feria del Millón deja el centro Textura para ocupar —con una acogida masiva— el abandonado hospital San Juan de Dios y exporta su modelo a otras ciudades como Cali, Medellín y Barranquilla, Espacio Odeón organiza la segunda edición de su refrescante programa Intensivo y las casas de La Candelaria abren sus puertas para la sexta edición de la popular feria Barcú.

Es septiembre de 2019 y el centro de la ciudad vibra: cada dos cuadras desde el Museo de Arte Moderno de Bogotá hay al menos un nodo de esa red que volvió el centro histórico un distrito vivo de exposiciones, puestas en escena e intercambios comerciales que atrajeron un público cada vez más nutrido y diverso.https://www.youtube.com/embed/5BswjQK05bc

Pero regresemos al presente: septiembre de 2020. Desde marzo, y por la urgencia del distanciamiento social para evitar la propagación del COVID-19, todos los espacios de exposición cerraron sus puertas y el futuro de los eventos culturales quedó en suspenso. La reactivación de la ciudad —ahora que, celebran las autoridades, hemos pasado el primer pico de la pandemia— ha sido intempestiva y, por eso, muchos se lo han tomado con cautela: las galerías y museos vuelven a abrir tímidamente sus puertas con restricciones de aforo y exigentes protocolos de bioseguridad, y el contraste con el fulgor de ese septiembre de las artes de hace un año se siente en la frágil temperatura anímica de un sector cultural golpeado profundamente por la crisis.

A diferencia de 2019, ni septiembre ni octubre serán meses de gravitación de la ciudad en torno a las artes. Volver a prender los motores está difícil y los directores de las ferias están buscando cómo lidiar con la nueva normalidad por sus propios medios: cada uno por su lado, con las herramientas que tienen a la mano. Este año, por ejemplo, no habrá programación de Odeón Intensivo y ARTBO le apostó en agosto a un ARTBO | Fin de Semana con subastas virtuales, con las que la Cámara de Comercio de Bogotá quiso comenzar la reactivación del mercado de las artes poscuarentena. 

Aun sin cifras claras del impacto que tendrá la pandemia sobre el sector de las artes plásticas y visuales (el Ministerio de Cultura y el IDARTES han comenzado a recavar información con encuestas al sector para dimensionarlo), las ferias comerciales independientes han decidido reinventarse para no caer en el precipicio. Recientemente, los equipos de Barcú y de la Feria del Millón confirmaron que sacarán adelante sus ferias en octubre de manera virtual, para hacerle frente a la realidad del distanciamiento y que ese mercado del arte —que para muchos galeristas y creadores depende en buena parte de estos eventos— se siga moviendo.

Nota Completa: https://canaltrece.com.co/noticias/las-ferias-de-arte-independiente-en-la-nueva-normalidad/